La conciencia creada por el hombre (inteligencia creada por
el hombre),
al igual que el conocimiento humano, es una idea complicada de
caracterizar. Aún no existe una definición formal y reconocida. La Comisión
Europea la caracteriza como marcos de programación (y quizás al mismo tiempo de
equipamiento) planificados por personas que, enfrentadas a un objetivo
alucinante, actúan en el aspecto físico o informático: - Ver su circunstancia
actual, mediante la obtención y traducción de información organizada o no
estructurada. - Pensar sobre la información, manejar los datos obtenidos de
esta información y elegir las mejores actividades para lograr el objetivo
fijado. Los marcos de inteligencia basados en ordenadores pueden utilizar
principios emblemáticos o familiarizarse con un modelo matemático. Asimismo,
pueden ajustar su forma de comportarse investigando para qué sirve el clima
según sus actividades pasadas. Dicho de otro modo: La conciencia artificial
(inteligencia basada en el ordenador) es un campo de la ingeniería de software
que se centra en la creación de marcos que puedan realizar tareas que
normalmente requieren conocimientos humanos, como la comprensión, el
pensamiento y la perspicacia. Estos marcos pueden ver su circunstancia actual,
razonar sobre la información, procesar los datos obtenidos de la información y
tomar decisiones para lograr un objetivo determinado. Puntos de partida e
historia del razonamiento artificial La expresión «conciencia artificial»
(falsificación de la inteligencia) fue acuñada por John McCarthy en 1956
durante el Dartmouth Gathering, una memorable ocasión que reunió probablemente
a los mejores investigadores de una oportunidad para examinar la posibilidad de
fabricar una máquina que pudiera adoptar una mentalidad similar a la de una
persona. En cualquier caso, las ideas y pensamientos que subyacen a la creación
de cerebros por el hombre se remontan a mucho antes. Ya en la década de 1940,
los matemáticos Norbert Wiener y John von Neumann se ocupaban de la hipótesis
de los marcos y el cálculo que sentaron las bases de la inteligencia
artificial, que McCarthy caracterizaría más tarde como «la ciencia y el diseño
de la fabricación de máquinas astutas, en particular programas de PC
inteligentes». Otro impacto y fuente de motivación de esta innovación se
rastrea en la ciencia ficción. Los robots y las máquinas inteligentes
aparecieron originalmente en la literatura y el cine en la década de 1920, y
estas ideas se han convertido en elementos básicos de la sociedad. Hace más de
50 años que existen algunas innovaciones en el campo del conocimiento, pero el
aumento de la potencia de cálculo, la accesibilidad a enormes cantidades de
información y los nuevos cálculos han permitido dar un salto significativo en
este campo en los últimos tiempos. Hoy en día, la conciencia artificial se ha
convertido en uno de los avances más problemáticos y llamativos. La velocidad
de los modelos cada vez más potentes se acelera, y tanto los resultados
concebibles como los posibles riesgos de su utilización están creando polémica
tanto entre los investigadores convencionales como entre los responsables
políticos.
¿Cómo funciona la inteligencia artificial?
Los cerebros informatizados utilizan cálculos y modelos numéricos para manejar una gran cantidad de información y tomar decisiones teniendo en cuenta ejemplos y reglas establecidos a través de la IA, que es la capacidad de una máquina para obtener información de forma independiente sin ser personalizada explícitamente para ello. De este modo, la inteligencia simulada puede trabajar en su exactitud y eficacia a largo plazo.
Tipos de conciencia artificial
Según la definición de la Comisión Europea, existen dos tipos de inteligencia simulada:
- Programación: ayudantes remotos, programación de investigación de imágenes, rastreadores web o ¿Cómo funciona el conocimiento recreado?
Las mentes electrónicas utilizan cálculos y modelos matemáticos para tratar una tonelada de datos y buscar decisiones teniendo en cuenta modelos y reglas extendidos a través de la inteligencia simulada, que es el límite de una máquina para adquirir libremente a partir de datos sin ser modificada expresamente para hacerlo en esa capacidad. Por ello, la recreación del pensamiento puede mermar su precisión y viabilidad a largo plazo.
Tipos de pensamiento artificial
Tal y como demuestra la Comisión Europea sobre la importancia de la capacidad mental creada por el hombre, existen dos tipos de pensamiento recreado:
- Programación: humildes asistentes, programación de examen de imágenes, rastreadores web o sistemas de afirmación de voz y rostro.
- Perspicacia recreada incorporada: robots, drones, vehículos libres o la Trampa de las Cosas.
Este no es el retrato realmente posible de tal pensamiento modernizado que existe. En su libro «Man-made intellectual prowess: A State of the art Approach», Stuart J. Russell y Peter Norvig exponen cuatro tipos de capacidad mental creada por el hombre:
- Sistemas que piensan como individuos: se basan en imitar la información humana, tanto en lo que se refiere al comportamiento como al pensamiento. Esperan imitar cómo piensan y abordan los problemas los individuos.
- Sistemas que transportan como los individuos: se basan en emular la información humana, pero en lo que respecta a la conducta. Esperan copiar cómo los individuos siguen sin cesar en el mundo.
- Sistemas que piensan racionalmente: giran en torno a tratar los asuntos de forma razonable e imparcial. Esperan apoyar la eficacia y precisión de sus decisiones, sin ponderar en general el enfoque humano de la actuación.
- Estructuras que actúan con regularidad: giran en torno al recorrido y la acción en el mundo, intentando constantemente tomar la mejor decisión teniendo en cuenta la información abierta.
Otra técnica posible para aislar los cerebros artificiales, según su potencia, es la siguiente:
- Razonamiento frágil hecho por el hombre: generalmente llamado perspicacia delgada basada en el PC. Se trata de estructuras de las que se espera que realicen esfuerzos inequívocos y limitados, similares a la afirmación de voz, la identificación de imágenes o la comprensión del lenguaje. No están preparadas para el aprendizaje o el cambio aislado, y deben modificarse para llevar a cabo una tarea específica. Su aumento es limitado y no pueden realizar tareas fuera de su superrama de conocimiento.
- Fuerte perspicacia recreada: está previsto que tenga un gran número de capacidades intelectuales y habilidades libres para aprender. Estas estructuras pueden realizar diferentes diligencias y avanzar libremente mientras hablan con el entorno. El conocimiento recreado fuerte debería poder razonar, planificar y tomar decisiones complejas en un número considerable de condiciones.
- Conocimiento hipervirtuoso creado por el hombre: es un tipo de conocimiento creado por el hombre que superaría a la información humana en todas las perspectivas. Este nivel de conocimiento basado en PC sería bueno para comprender el mundo de una forma que supera el límite humano, y tendría la opción de tratar asuntos confusos a una velocidad y eficiencia que los individuos no pueden alcanzar. Aún no se ha realizado un tipo teórico de conocimiento basado en PC básicamente hablando.marcos de reconocimiento de voz y rostro.
- Inteligencia artificial instalada: robots, drones, vehículos autónomos o la Web de las Cosas.
Esta no es la principal caracterización imaginable de los tipos de inteligencia artificial que existen. En su libro «Computerized reasoning: A Cutting edge Approach», Stuart J. Russell y Peter Norvig exponen cuatro tipos de conciencia creada por el hombre:
- Estructuras que piensan como las personas: se centran en imitar el conocimiento humano, tanto en lo que respecta a la conducta como al pensamiento. Intentan imitar la forma en que la gente piensa y aborda los problemas.
- Estructuras que se comportan como personas: se centran en imitar el conocimiento humano, pero en lo que respecta a la conducta. Tratan de imitar la forma en que las personas actúan y actúan en el planeta.
- Marcos que piensan razonablemente: se centran en abordar los problemas de forma inteligente y objetiva. Buscan aumentar la eficacia y la precisión de sus elecciones, sin pensar esencialmente en la manera humana de comportarse.
- Los marcos que actúan con sensatez: se centran en la navegación y la actividad en el planeta, tratando continuamente de elegir la opción más idónea a la vista de los datos accesibles.